Volver a las fuentes. Aunque la frase reviste un carácter general, en materia económica no es más que la expresión de que cualquier agente económico, no importa su tamaño, debe tender a no gastar más de lo que le ingresa. Y más de un argentino ha realizado una proyección sobre sus gastos de verano, luego de un año difícil en materia económica, adecuándose a lo que se preveía: unas vacaciones gasoleras. Diego Martínez Burzaco, economista especializado en Finanzas Personales, advierte que no hay nada más preocupante para el presupuesto familiar que arrancar un año con las finanzas desordenadas. “A fines de año, uno tiene la sensación de que hay cierto incremento de los recursos disponibles, por efecto del pago de sueldos y del medio aguinaldo y, frente a eso, puede terminar preso de la coyuntura”, indica a LA GACETA.
Martínez Burzaco sostiene, en ese sentido, que es natural que cualquier trabajador -tras un año de tarea- quiera darse ciertos gustos durante su período de licencia. Pero, aclara, que al año le quedan 11 meses más para administrar las finanzas personales. No hay fórmulas mágicas; simplemente es necesario realizar un uso racional del dinero, fundamenta.
¿Cuál puede ser la estrategia a aplicar para no ahogarse financieramente? El economista brinda algunas sugerencias:
• Tratar de ver cuáles son los gastos más superfluos y que no sean recurrentes a lo largo del año, de tal manera de poder proyectar las finanzas familiares para el mediano plazo. “Cuando uno queda preso de la coyuntura, generalmente toma malas decisiones. Y esto vale para una industria, para una empresa y para nuestras finanzas diarias del hogar”, indica.
• Ordenar las finanzas es el principio del camino para saber si es que una personas está en condiciones de generar cierta capacidad de ahorro, luego de ajustar sus gastos. “El segundo paso es establecer si ese ahorro puede generar una inversión”, puntualiza.
• Los argentinos tendríamos que poner como espejo las conductas financieras de los gobiernos para no imitarlas. Generalmente, tienden a gastar más de sus ingresos y apelan así al endeudamiento que, en muchos casos, conlleva un estrangulamiento financiero, expresa.
• Si en diciembre tuviste la posibilidad de contar, en el caso de los estatales tucumanos, con dos sueldos y el medio aguinaldo, la “abundancia” no es algo ordinario. A partir de allí es fundamental organizar las vacaciones, pensando que habrá un febrero con mayores obligaciones (sea por tarjeta o por preparativos para el gasto escolar) y un marzo con mayores erogaciones por el inicio del ciclo lectivo. En el medio hay que escaparle a la inflación.
• Ojo con la tarjeta de crédito. Generalmente es lo que nos permite darnos ciertos gustos en vacaciones. Pero también es un salvavidas para la vuelta al trabajo. “Hay que evaluar dos situaciones: si aún quedan promociones en cuotas sin intereses, que tornen conveniente su uso, o si el costo financiero total no ahoga las finanzas. “Lo ideal es no endeudarse con la tarjeta y, si no hay más remedio, pagar la totalidad del saldo, porque el mínimo es una refinanciación con elevado costo”, finaliza.